Es difícil atravesar a un pintor a través de la mirada documental, cuando en realidad no es la intención dejar testimonio de una obra sino del artista que se esconde y a la vez se muestra a través de esta. La figura de Gorriarena aparece recuperada en este trabajo a partir de su ausencia, pero también de su presencia indeleble en el recuerdos de su familia, de sus discípulos y de colegas. No es para nada sencillo lograr que esto ocurra e impacte en el espectador que puede o no conocer al personaje. Guarini lo consigue con registros propios y algunos ajenos, con la palabra de Gorri, con imágenes propias y ajenas (excelente edición de Martín Céspedes), y con la "Milonga pour aimer", un tema pura emoción del Tata Cedrón.
Claudio D. Minghetti - LA NACIÓN
En 2007 murió Carlos Gorriarena: pasó a ser su obra y el recuerdo de los que lo quisieron y admiraron. Poco después, Guarini hizo dialogar estos elementos y los transformó en Gorri: documental que indaga en las ideas y estética de Gorriarena -injustamente encasillado como pintor social- y las contrapone con sus pinturas. Con valioso material de archivo, sin cabezas parlantes -ni siquiera la de Gorriarena- ni voces en off -salvo la de él-, la película no es biográfica: es el rescate, natural y profundo, de un artista que sabía que sus trabajos eran intraducibles a palabras. El cine, tampoco traducible a palabras, provoca el efímero milagro regresarlo en un presente imposible.
Miguel Frías - CLARÍN
Retrato de una ausencia
¿Cómo hacer (o seguir, o repensar, o terminar) un documental sobre alguien que se muere en la mitad del proyecto? Eso es lo que le ocurrió a Carmen Guarini con el inmenso pintor Carlos Gorriarena, fallecido en enero de 2007, a los 81 años.
La “solución” que encontró la directora de Tinta roja y Meykinof fue retratar esa súbita ausencia y reflexionar sobre cómo se reacomoda todo (la familia, la obra, la valoración crítica) cuando ese artista genial y magnético ya no está.
Por supuesto, Gorri -un peronista algo anarco, bohemio y antiestablishment, irónico y provocador- está presente en apariciones públicas, en la cotidianeidad de su entorno íntimo, en una cena con amigos en el restaurante El General, en un intercambio con “locos”, en su taller, pero esta vez el documental biográfico deja lugar a la influencia (la ausencia) que quedan en su viuda, en sus hijos, y en el mundo del arte en general.
Aunque no siempre fluye de la misma manera, el relato, el acercamiento póstumo a la figura de Gorri y la apuesta general de Guarini resultan tan audaces como finalmente logrados.
Diego Batlle - OTROSCINES.COM
"Gorri", un documental de Carmen Guarini sobre el pintor argentino Carlos Gorriarena, autor de una prolífica obra caracterizada por la exaltación del color y las texturas, y también por su contenido social y político, se destacó hoy en la segunda jornada de la Competencia Argentina del duodécimo Bafici.
La película de Guarini, quien ya había participado de ediciones anteriores del Bafici con "H.I.J.O.S, el alma en dos" y "Meykinof", indaga en la obra y la figura de Gorriarena (1925-2007) a través de diversos momentos cotidianos de sus personas más cercanas: su pareja, su hijo, sus amigos y discípulos, y algunos críticos que hablan de sus pinturas durante una muestra.
En el abarrotado estudio del barrio de San Telmo donde ya no hay lugar para poner más cuadros, su obra es ordenada, clasificada y depositada cuidadosamente por sus más íntimos, mientras la "presencia" de su ausencia -de sus ideas, su concepción del arte y su compromiso político, aunque fuera muy renuente a declamarlo- se hace cada vez más fuerte y evidente.
Gorriarena fue alumno de grandes maestros: Lucio Fontana, Antonio Berni y Demetrio Urrichua, quien para él fue además un ejemplo de vida, un pintor enrolado en un grupo de artistas interesados por temas sociales que le inculcó una mirada cuestionadora de la realidad a través del registro de hechos cotidianos.
En la película queda claro que Gorriarena renegaba de que sus obras fueran etiquetadas como políticas, que era un amante del vino, que además de pintor era un excelente docente y que sus pinturas brillaban por su imaginación, su paleta infinita y diversas texturas que evidencian un proceso de búsqueda continuo.
TELAM
A cinco días del inicio de este XII Bafici, y con seis de los trece films que integran la Selección Oficial Argentina presentados en sociedad, van perfilándose las luces y las sombras de esta nueva horneada de cine local. Dominada por la ficción pura y dura, pero también por los cruces con un registro más cercano a lo real, la sección presentó un documental clásico dirigido por una especialista en la materia, la realizadora y productora Carmen Guarini (Tinta roja, H.I.J.O.S.: El alma en dos). Gorri intenta descifrar, a partir de una serie de apuntes más bien íntimos, el legado del artista plástico Carlos Gorriarena, fallecido en 2007 y autor de una extensa obra pictórica ligada al devenir político y social de la Argentina. Guarini contó con el apoyo absoluto de su viuda, Sylvia Besco, de su hijo y de un puñado de colegas, discípulos y amigos; son ellos quienes, a lo largo de poco más de setenta minutos, construyen a partir del recuerdo un retrato humano (por contraposición a lo solemne, a lo estatuario) de quien ya no está.
Con sustancial ayuda del material de archivo que va intercalándose inteligentemente en el relato en presente –y sin el cual la película debería de haberse construido de manera distinta: desde una ausencia absoluta de la imagen y la voz del artista–, Gorri permite conocer al homenajeado a partir de los recuerdos privados y de un fisgoneo sumario sobre su obra. Al mismo tiempo, pinta un universo virtualmente desconocido para la mayoría, el mundillo de las artes plásticas en la Argentina. Carmen Guarini entrega en esta ocasión un trabajo que no se anima a ir más allá de cierto ideario expositivo, y en ese sentido se extrañan ciertas complejidades relacionadas con el proceso mismo de construcción cinematográfica, presente en gran parte de su filmografía. Pero tal vez ésa haya sido la idea: conservar a partir del respeto y el afecto el recuerdo de la vida de un artista, sin mayores adornos que su propia creación.
Diego Brodersen - PÁGINA 12
COMENTARIOS
Me encantó la película
Me remitió al mágico mundo de la plástica, que es en el que me formé, (egresé de la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano en el 72!) y aquellas charlas sobre arte y peronismo, la forma de ver la vida, el humo de los cigarrillos, la magia de las pinturas, la atmósfera de las telas amontonadas, la vibración de las telas y los colores. Y sobre todo con un grande como Gorriarena. Todo está ahí.
Felicitaciones. Abrazo
Liliana Mazure (PRESIDENTA INSTITUTO NACIONAL DE CINE Y ARTES AUDIOVISUALES)
Primero contarte que nos gusto mucho la obra, tiene ritmo y muestra un personaje admirable con un conjunto de sutilezas.
El mundo de sus convicciones y sus afectos como una forma de pararse en la vida, sus obras, y esa dignidad de los artistas un poco escasa en estos tiempos. A mi, y como humilde critica de amigo solo me dejo ganas de tener mas desarrollo sobre su obra, como que el arte es la base y tiene demasiados sobreentendidos.
Pero disfrute y mucho...
abrazos
Julio Bárbaro
Gorri (o el dolor de la ausencia)
Un documental de Carmen Guarini.
Gorri se presenta como un documental sobre el pintor Carlos Gorriarena, pero no lo es. Es bastante más, y por esto es poderoso.
Comienza la película cuando el pintor ya ha muerto, y su viuda, hijo y deudos están a cargo de ordenar su recuerdo y su prolífica obra.
Su viuda cataloga minuciosamente sus inmensos y coloridos cuadros, los fecha, los contabiliza, los lleva de aquí a allá. Su hijo la ayuda, está cerca de su madre, y sin decirlo, ni siquiera demostrarlo, parece conocer como nadie la obra de su padre.
Sus amigos artistas lo recuerdan desde el marco “institucional” del bar El General, que en vida del pintor el grupo frecuentara. También ellos intentan una reacomodación oral de la obra del pintor: la catalogan, y entre anécdotas y bromas, la reinscriben estética e ideológicamente.
Todos evitan reflejar la angustia de la pérdida, el dolor terrible e inexorable con que toda muerte golpea a los íntimos. Hay una explicación para este proceder: el documental está centrado en Carlos Gorriarena, pintor. (Por cierto, un gran pintor).
Pero el documental, sin buscarlo, se vuelve poderoso al trascender su afán: al dejar al descubierto el dolor de la ausencia, el vacío dejado por la persona que se fue; cualquiera sea esta. Así, Gorri se transforma en una película que indaga en la existencia y la desaparición física, en el duelo, en la Memoria.
Ni la viuda, ni su hijo, ni sus amigos, son conscientes de estar participando de una obra que trasciende al pintor. Tampoco su directora lo es del todo.
Sin embargo, acompaña obsesivamente con su cámara a la viuda del artista, quien, aferrada a sus cuadros, elabora el duelo como cualquiera lo haría con viejas cartas, fotos, objetos, o, simplemente, recuerdos. También se detiene a observar a su hijo, quien, -en un plano impresionante-, se ve literalmente aplastado por la inmensa obra-Memoria de su padre.
Por último, decide utilizar como eje narrativo el recorrido de un camioneta blindada -un poco ambulancia, un poco coche fúnebre-, en tiempos y recorrido que remite a los de un cortejo, que lleva la obra del pintor desde su casa hacia su última morada: una exposición, casualmente, en la Recoleta.
Pablo Nisenson (Director)
Felicitaciones, Carmen, por el excelente y sobre todo original documento sobre Carlos Gorriarena. No me acerqué después de la función porque no soy afecto a esas ceremonias por conocerlas y haberlas vivido demasiado. En ya lejanos tiempos Gorriarena y yo compartimos tareas en la Editorial Abril si no recuerdo mal. O en alguna agencia de publicidad. Tiempos que evocamos alguna vez en “La Brigada”, un restorán cercano a la FUC, ya que si la memoria no me engaña tenía su estudio muy cerca. Me emocionó el modo como te acercaste y reviviste el personaje. Su mujer y sus muchos amigos han de estar muy contentos con el resultado. Te deseo todo el éxito, con admiración y afecto.
Manuel Antín (Director de cine / FUC)
Hola Carmen, no pudo quedarme despues de la proyeccion de tu pelicula pero quisiera decirte que me encantaba y te felicito. La manera como haces la introduccion del personaje es muy fina, muy sensible y inteligente, como utilizas el material de archivos y el rodaje de ahora tambien. Estoy muy contenta de haber decubierto a Gorriarena que no conocia. Asi muchas gracias y espero una larga vida a tu peli.
Hasta pronto, beso,
Christine Seghezzi (Directora)
Disfruté mucho de Gorri el viernes, Carmen. Es una mirada inteligente y sensible no sólo de la vida de un gran artista sino del arte en sí mismo. Desde su concepción hasta su trascendencia y finitud. Conmovedor.
Bibiana Ricciardi (Directora de contenidos Almargen.tv)
En cuanto a "Gorri", lo primero que debo decir es que vi el film con placer, y que creo que la fuente principal de esa sensación es el tono con que está narrado. Eludir toda solemnidad, toda apología primaria en un film que en alguna medida puede leerse como un homenaje, no es poca cosa. Se agradece el humor, la levedad en el discurrir del relato y la muy buena articulación de los materiales. Me atrevo a decir que me cuesta imaginar -ahora, claro- un acercamiento más fiel a un artista desmesurado en su pintura y en sus convicciones, que nunca incurrió en la patética desmesura de la solemnidad.
Por otra parte, se verifica una vez más aquello que no recuerdo quien dijo (¿Cozarinsky, tal vez?): un buen documental necesita de un buen elenco. Y este lo tiene.
Por ahí, pensándolo después, sentí la necesidad de algún momento en el que la película me dejara ver un poco más de la pintura de Gorriarena propiamente dicha y sin comentarios, pero es muy probable que ese "hambre", esa sensación, haya sido provocada precisamente por el film.
En síntesis, que creo que Carmen (y Martín, sin dudas) han hecho un muy buen trabajo. Felicitaciones entonces para todos.
Un abrazo,
Jorge Goldenberg (Guionista, Director)
...Realmente tu película es un regalo muy valioso, la crónica de la ausencia de Gorri mostrado desde un lugar tan sincero, despojado, honesto, ese recorrido del camión transportando la obra de Gorri, sin Gorri y todo el transcurrir hasta su final, dos veces final, el final de la vida de Gorri y el final de tu película y otra vez dos cosas, la obra de Gorri trasciende y tu película también.
Gracias, muchas gracias, espero ansiosamente el estreno.
Mil besos
Carmen D´Elia (Pintora)
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