lunes, 26 de abril de 2010

Promocion Mayo

Promoción especial: durante el mes de Mayo adquiriendo Z32 de Avi Mograbi ($35) te llevas de regalo Madres con Ruedas de Mario Piazza y Mónica Chirife.

Z32
"El nuevo film de Avi Mograbi es definido por su autor como “una tragedia documental musical”. Un ex soldado israelí ha participado en una misión de represalias durante la cual murieron dos policías palestinos. Para su amiga, quien le presenta cuestiones que aún no está dispuesto a enfrentar, obtener el perdón no resulta tan fácil. El soldado confiesa voluntariamente delante de la cámara, pero manteniendo la reserva de su identidad. El realizador, buscando la mejor manera de mantener escondida esa identidad, reflexiona sobre sus propias prácticas políticas y artísticas.Z32 se centra en el abismo insuperable que existe entre el perturbador testimonio de un soldado de elite y la representación artística de ese mismo testimonio, al tiempo que intenta hallar una respuesta al vacío entre una realidad despiadada y su transformación en objeto de arte."

Madres con Ruedas

"Mónica tuvo poliomielitis cuando tenía 6 años. Pese a las graves secuelas de la enfermedad, que la confinaron a una silla de ruedas, Mónica ha sabido desarrollar su propia vida, llegando a asumir el desafío de ser mamá y también el de convertirse en la realizadora de un documental junto a su esposo cineasta."

"Los Viajes del Viento" premiada en el Festival de Malaga



"Los viajes del viento", de Ciro Guerra, fue la ganadora de la Biznaga de Plata a la mejor película en la sección de cine latinoamericano del XIII Festival de Cine Español de Málaga, que se llevo a cabo del 17 al 24 de Abril. Co producida con Cine Ojo y Primer Plano film group por parte de Argentina.

"Ignacio Carrillo, un juglar que durante años recorrió pueblos y regiones llevando cantos con su acordeón, toma la decisión de hacer un último viaje, a través de toda la región norte de Colombia, para devolverle el instrumento a su anciano maestro, y así nunca más volver a tocar. En el camino, encuentra a Fermín, un joven cuya ilusión en la vida es seguir sus pasos y ser como él. Cansado de la soledad, Ignacio acepta ser acompañado, y juntos emprenden el recorrido desde Majagual, Sucre, hasta Taroa, más allá del desierto de la Guajira, encontrándose con la enorme diversidad de la cultura caribe y viviendo todo tipo de aventuras y encuentros. Ignacio tratará de enseñar a Fermín un camino diferente al suyo, que tanta soledad y tristeza le trajo, pero para ello tendrá que enfrentarse con el llamado de su propio destino, que tiene preparadas distintas suertes para él y su alumno. La producción se llevo a cabo entre Colombia, Alemania, Holanda y Argentina, rodada en desconocidas y exuberantes locaciones naturales ubicadas en los departamentos del Cesar, Bolívar, Sucre, Magdalena y la Guajira."

martes, 20 de abril de 2010

Comentarios sobre GORRI

CRITICAS – ESTRENO BAFICI 2010

Es difícil atravesar a un pintor a través de la mirada documental, cuando en realidad no es la intención dejar testimonio de una obra sino del artista que se esconde y a la vez se muestra a través de esta. La figura de Gorriarena aparece recuperada en este trabajo a partir de su ausencia, pero también de su presencia indeleble en el recuerdos de su familia, de sus discípulos y de colegas. No es para nada sencillo lograr que esto ocurra e impacte en el espectador que puede o no conocer al personaje. Guarini lo consigue con registros propios y algunos ajenos, con la palabra de Gorri, con imágenes propias y ajenas (excelente edición de Martín Céspedes), y con la "Milonga pour aimer", un tema pura emoción del Tata Cedrón.
Claudio D. Minghetti - LA NACIÓN

En 2007 murió Carlos Gorriarena: pasó a ser su obra y el recuerdo de los que lo quisieron y admiraron. Poco después, Guarini hizo dialogar estos elementos y los transformó en Gorri: documental que indaga en las ideas y estética de Gorriarena -injustamente encasillado como pintor social- y las contrapone con sus pinturas. Con valioso material de archivo, sin cabezas parlantes -ni siquiera la de Gorriarena- ni voces en off -salvo la de él-, la película no es biográfica: es el rescate, natural y profundo, de un artista que sabía que sus trabajos eran intraducibles a palabras. El cine, tampoco traducible a palabras, provoca el efímero milagro regresarlo en un presente imposible.
Miguel Frías - CLARÍN

Retrato de una ausencia
¿Cómo hacer (o seguir, o repensar, o terminar) un documental sobre alguien que se muere en la mitad del proyecto? Eso es lo que le ocurrió a Carmen Guarini con el inmenso pintor Carlos Gorriarena, fallecido en enero de 2007, a los 81 años.
La “solución” que encontró la directora de Tinta roja y Meykinof fue retratar esa súbita ausencia y reflexionar sobre cómo se reacomoda todo (la familia, la obra, la valoración crítica) cuando ese artista genial y magnético ya no está.
Por supuesto, Gorri -un peronista algo anarco, bohemio y antiestablishment, irónico y provocador- está presente en apariciones públicas, en la cotidianeidad de su entorno íntimo, en una cena con amigos en el restaurante El General, en un intercambio con “locos”, en su taller, pero esta vez el documental biográfico deja lugar a la influencia (la ausencia) que quedan en su viuda, en sus hijos, y en el mundo del arte en general.
Aunque no siempre fluye de la misma manera, el relato, el acercamiento póstumo a la figura de Gorri y la apuesta general de Guarini resultan tan audaces como finalmente logrados.
Diego Batlle - OTROSCINES.COM

"Gorri", un documental de Carmen Guarini sobre el pintor argentino Carlos Gorriarena, autor de una prolífica obra caracterizada por la exaltación del color y las texturas, y también por su contenido social y político, se destacó hoy en la segunda jornada de la Competencia Argentina del duodécimo Bafici.
La película de Guarini, quien ya había participado de ediciones anteriores del Bafici con "H.I.J.O.S, el alma en dos" y "Meykinof", indaga en la obra y la figura de Gorriarena (1925-2007) a través de diversos momentos cotidianos de sus personas más cercanas: su pareja, su hijo, sus amigos y discípulos, y algunos críticos que hablan de sus pinturas durante una muestra.
En el abarrotado estudio del barrio de San Telmo donde ya no hay lugar para poner más cuadros, su obra es ordenada, clasificada y depositada cuidadosamente por sus más íntimos, mientras la "presencia" de su ausencia -de sus ideas, su concepción del arte y su compromiso político, aunque fuera muy renuente a declamarlo- se hace cada vez más fuerte y evidente.
Gorriarena fue alumno de grandes maestros: Lucio Fontana, Antonio Berni y Demetrio Urrichua, quien para él fue además un ejemplo de vida, un pintor enrolado en un grupo de artistas interesados por temas sociales que le inculcó una mirada cuestionadora de la realidad a través del registro de hechos cotidianos.
En la película queda claro que Gorriarena renegaba de que sus obras fueran etiquetadas como políticas, que era un amante del vino, que además de pintor era un excelente docente y que sus pinturas brillaban por su imaginación, su paleta infinita y diversas texturas que evidencian un proceso de búsqueda continuo.
TELAM

A cinco días del inicio de este XII Bafici, y con seis de los trece films que integran la Selección Oficial Argentina presentados en sociedad, van perfilándose las luces y las sombras de esta nueva horneada de cine local. Dominada por la ficción pura y dura, pero también por los cruces con un registro más cercano a lo real, la sección presentó un documental clásico dirigido por una especialista en la materia, la realizadora y productora Carmen Guarini (Tinta roja, H.I.J.O.S.: El alma en dos). Gorri intenta descifrar, a partir de una serie de apuntes más bien íntimos, el legado del artista plástico Carlos Gorriarena, fallecido en 2007 y autor de una extensa obra pictórica ligada al devenir político y social de la Argentina. Guarini contó con el apoyo absoluto de su viuda, Sylvia Besco, de su hijo y de un puñado de colegas, discípulos y amigos; son ellos quienes, a lo largo de poco más de setenta minutos, construyen a partir del recuerdo un retrato humano (por contraposición a lo solemne, a lo estatuario) de quien ya no está.
Con sustancial ayuda del material de archivo que va intercalándose inteligentemente en el relato en presente –y sin el cual la película debería de haberse construido de manera distinta: desde una ausencia absoluta de la imagen y la voz del artista–, Gorri permite conocer al homenajeado a partir de los recuerdos privados y de un fisgoneo sumario sobre su obra. Al mismo tiempo, pinta un universo virtualmente desconocido para la mayoría, el mundillo de las artes plásticas en la Argentina. Carmen Guarini entrega en esta ocasión un trabajo que no se anima a ir más allá de cierto ideario expositivo, y en ese sentido se extrañan ciertas complejidades relacionadas con el proceso mismo de construcción cinematográfica, presente en gran parte de su filmografía. Pero tal vez ésa haya sido la idea: conservar a partir del respeto y el afecto el recuerdo de la vida de un artista, sin mayores adornos que su propia creación.
Diego Brodersen - PÁGINA 12


COMENTARIOS

Me encantó la película
Me remitió al mágico mundo de la plástica, que es en el que me formé, (egresé de la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano en el 72!) y aquellas charlas sobre arte y peronismo, la forma de ver la vida, el humo de los cigarrillos, la magia de las pinturas, la atmósfera de las telas amontonadas, la vibración de las telas y los colores. Y sobre todo con un grande como Gorriarena. Todo está ahí.
Felicitaciones. Abrazo

Liliana Mazure (PRESIDENTA INSTITUTO NACIONAL DE CINE Y ARTES AUDIOVISUALES)

Primero contarte que nos gusto mucho la obra, tiene ritmo y muestra un personaje admirable con un conjunto de sutilezas.
El mundo de sus convicciones y sus afectos como una forma de pararse en la vida, sus obras, y esa dignidad de los artistas un poco escasa en estos tiempos. A mi, y como humilde critica de amigo solo me dejo ganas de tener mas desarrollo sobre su obra, como que el arte es la base y tiene demasiados sobreentendidos.
Pero disfrute y mucho...
abrazos

Julio Bárbaro

Gorri (o el dolor de la ausencia)
Un documental de Carmen Guarini.
Gorri se presenta como un documental sobre el pintor Carlos Gorriarena, pero no lo es. Es bastante más, y por esto es poderoso.
Comienza la película cuando el pintor ya ha muerto, y su viuda, hijo y deudos están a cargo de ordenar su recuerdo y su prolífica obra.
Su viuda cataloga minuciosamente sus inmensos y coloridos cuadros, los fecha, los contabiliza, los lleva de aquí a allá. Su hijo la ayuda, está cerca de su madre, y sin decirlo, ni siquiera demostrarlo, parece conocer como nadie la obra de su padre.
Sus amigos artistas lo recuerdan desde el marco “institucional” del bar El General, que en vida del pintor el grupo frecuentara. También ellos intentan una reacomodación oral de la obra del pintor: la catalogan, y entre anécdotas y bromas, la reinscriben estética e ideológicamente.
Todos evitan reflejar la angustia de la pérdida, el dolor terrible e inexorable con que toda muerte golpea a los íntimos. Hay una explicación para este proceder: el documental está centrado en Carlos Gorriarena, pintor. (Por cierto, un gran pintor).
Pero el documental, sin buscarlo, se vuelve poderoso al trascender su afán: al dejar al descubierto el dolor de la ausencia, el vacío dejado por la persona que se fue; cualquiera sea esta. Así, Gorri se transforma en una película que indaga en la existencia y la desaparición física, en el duelo, en la Memoria.
Ni la viuda, ni su hijo, ni sus amigos, son conscientes de estar participando de una obra que trasciende al pintor. Tampoco su directora lo es del todo.
Sin embargo, acompaña obsesivamente con su cámara a la viuda del artista, quien, aferrada a sus cuadros, elabora el duelo como cualquiera lo haría con viejas cartas, fotos, objetos, o, simplemente, recuerdos. También se detiene a observar a su hijo, quien, -en un plano impresionante-, se ve literalmente aplastado por la inmensa obra-Memoria de su padre.
Por último, decide utilizar como eje narrativo el recorrido de un camioneta blindada -un poco ambulancia, un poco coche fúnebre-, en tiempos y recorrido que remite a los de un cortejo, que lleva la obra del pintor desde su casa hacia su última morada: una exposición, casualmente, en la Recoleta.
Pablo Nisenson (Director)

Felicitaciones, Carmen, por el excelente y sobre todo original documento sobre Carlos Gorriarena. No me acerqué después de la función porque no soy afecto a esas ceremonias por conocerlas y haberlas vivido demasiado. En ya lejanos tiempos Gorriarena y yo compartimos tareas en la Editorial Abril si no recuerdo mal. O en alguna agencia de publicidad. Tiempos que evocamos alguna vez en “La Brigada”, un restorán cercano a la FUC, ya que si la memoria no me engaña tenía su estudio muy cerca. Me emocionó el modo como te acercaste y reviviste el personaje. Su mujer y sus muchos amigos han de estar muy contentos con el resultado. Te deseo todo el éxito, con admiración y afecto.
Manuel Antín (Director de cine / FUC)

Hola Carmen, no pudo quedarme despues de la proyeccion de tu pelicula pero quisiera decirte que me encantaba y te felicito. La manera como haces la introduccion del personaje es muy fina, muy sensible y inteligente, como utilizas el material de archivos y el rodaje de ahora tambien. Estoy muy contenta de haber decubierto a Gorriarena que no conocia. Asi muchas gracias y espero una larga vida a tu peli.
Hasta pronto, beso,
Christine Seghezzi (Directora)

Disfruté mucho de Gorri el viernes, Carmen. Es una mirada inteligente y sensible no sólo de la vida de un gran artista sino del arte en sí mismo. Desde su concepción hasta su trascendencia y finitud. Conmovedor.
Bibiana Ricciardi (Directora de contenidos Almargen.tv)

En cuanto a "Gorri", lo primero que debo decir es que vi el film con placer, y que creo que la fuente principal de esa sensación es el tono con que está narrado. Eludir toda solemnidad, toda apología primaria en un film que en alguna medida puede leerse como un homenaje, no es poca cosa. Se agradece el humor, la levedad en el discurrir del relato y la muy buena articulación de los materiales. Me atrevo a decir que me cuesta imaginar -ahora, claro- un acercamiento más fiel a un artista desmesurado en su pintura y en sus convicciones, que nunca incurrió en la patética desmesura de la solemnidad.
Por otra parte, se verifica una vez más aquello que no recuerdo quien dijo (¿Cozarinsky, tal vez?): un buen documental necesita de un buen elenco. Y este lo tiene.
Por ahí, pensándolo después, sentí la necesidad de algún momento en el que la película me dejara ver un poco más de la pintura de Gorriarena propiamente dicha y sin comentarios, pero es muy probable que ese "hambre", esa sensación, haya sido provocada precisamente por el film.
En síntesis, que creo que Carmen (y Martín, sin dudas) han hecho un muy buen trabajo. Felicitaciones entonces para todos.
Un abrazo,
Jorge Goldenberg (Guionista, Director)

...Realmente tu película es un regalo muy valioso, la crónica de la ausencia de Gorri mostrado desde un lugar tan sincero, despojado, honesto, ese recorrido del camión transportando la obra de Gorri, sin Gorri y todo el transcurrir hasta su final, dos veces final, el final de la vida de Gorri y el final de tu película y otra vez dos cosas, la obra de Gorri trasciende y tu película también.
Gracias, muchas gracias, espero ansiosamente el estreno.
Mil besos
Carmen D´Elia (Pintora)


miércoles, 14 de abril de 2010

GORRI en el BAFICI


Con localidades agotadas, se presentó la más reciente película de Carmen Guarini "GORRI", sobre el artísta Carlos Gorriarena.


El viernes 9 de Abril en el Hoyts Abasto de Buenos Aires y en el marco del 12º BAFICI, se presentó GORRI de Carmen Guarini.

Sinopsis: La historia de este film comienza en el momento en que el artista y su obra se independizan para siempre. Muere Gorriarena y su obra comienza una existencia donde el autor no está para explicarla, reemplazarla o modificarla. El montaje de una exposición es la excusa para explorar las decisiones tanto materiales como ideológicas que coexisten en el trabajo de un artista. El film explora algunas de esas decisiones y sus resultados, intentando dar a ver qué gestos de amor, de confianza, de orden, de admiración o de avidez suscita, y en ese proceso intenta encontrar el camino del pintor y tal vez, solo tal vez, acercarse a su verdad. Una verdad que se expresa a través del color, de un realismo crítico y mordaz, de la denuncia irónica y de una enérgica resistencia a ser "acusado" de pintor político y social.

Guión y Dirección: CARMEN GUARINI Fotografía: CARMEN GUARINI, MARTÍN CÉSPEDES Montaje: MARTÍN CÉSPEDES Sonido: IGNACIO VIANO Productora Ejecutiva: PAOLA PERNICONE Producción: EL DESENCANTO SRL Co-producido con MC PRODUCCIONES SRL Y CENTRO CULTURAL CARAS Y CARETAS Con la participación de GERMAN GARGANO, MARIANO SAPIA, JORGE GONZÁLEZ PERRIN, SUSANA SARAVIA, DANIEL SANTORO, RAÚL SANTANA, SYLVIA VESCO.


BetaDigi / 74 minutos / Color y ByN / Argentina – 2010

De der. a izq: Dr. Santiago Roberto, Carmen Guarini, Germán Gargano, Mariano Sapia


De der. a izq: Sylvia Vesco, Jorge Telerman, Marcelo Céspedes

De der. a izq: Manuel Antin, Marcelo Céspedes


De der. a izq: Carmen Guarini, Sergio Wolf


"GORRI" de Carmen Guarini se estrenará en las salas de Buenos Aires el 5 de Agosto de 2010.


Hachazos de Andrés Di Tella

Hachazos es el título tentativo del nuevo proyecto de Andrés Di Tella sobre Claudio Caldini y su obra.


Un hombre lleva toda su obra, que es toda su vida, dentro de una vieja valijita de cuero comprada en la India, en un tren que va de Moreno a General Rodríguez, por el conurbano bonaerense. Son los originales de sus películas, todas en super-8, un formato obsoleto, en vías de extinción, que no permite copias. Esa valija es como el manuscrito de su autobiografía. Se trata de Claudio Caldini, cuidador de una quinta del conurbano, gran cineasta secreto.

Muy pocos han visto sus películas. Sólo pueden verse cuando él mismo las proyecta, a veces manipulando tres proyectores simultáneos, cortando y pegando las viejas cintas de super 8 en el momento, transpirando, casi en trance, en una performance de “cine en vivo” que tiene algo de ceremonia religiosa. En el cine de Caldini hay imágenes extraordinarias que hacen ver el mundo –y las posibilidades del cinematógrafo- de otra manera. Ponen en cuestión qué cosa es el cine, qué cosa no es, en qué momento se produce eso que llamamos “el cine” y cuánto tiene de experiencia personal.

Caldini hace cine sólo, sin equipo, sin nadie. Ata la cámara a una soga y la revolea por encima de su cabeza, pinta o perfora el celuloide, crea animaciones con la luz que entra por una ventana, amplía las posibilidades del cine hasta hacer lo imposible. En las imágenes extraordinarias que viene filmando hace ya cuatro décadas se cifra su autobiografía. Un experimento cinematográfico que es a la vez un experimento de vida. Herido por los hachazos de la realidad, la vida azarosa de Claudio Caldini también nos habla de lo que pasó en la Argentina durante todos estos años. Y sus imágenes, filmadas desde el margen, ofrecen una visión diferente de nuestra sociedad.

Hablar de Caldini es también hablar de mi propia relación con el cine. La primera vez que estuve en una filmación, o algo parecido, fue cuando todavía estaba en la escuela. Se trataba de una performance en la que la artista Marta Minujín, amiga de mi madre, se enterraba viva. Por esa época, en la Argentina se enterraban cuerpos anónimos todos los días. Yo tiraba la tierra, Caldini filmaba en super-8. No lo volví a ver durante muchos años. Me enteré que había estado en la India, que se había vuelto loco, que vivía como linyera, rumores. Volver a encontrarlo, después de tanto tiempo, fue volver a encontrar una parte perdida de mi propia vida.

El hombre del tren duerme, tal vez sueña. Por el cine o por sus sueños o por su locura, perdió todo. Compartió la explosión creativa de los 70. Vivió la dictadura militar encerrado en un jardín. Escapó a la India detrás de una utopía y perdió casi todo, hasta la razón. Fue expulsado de un ashram, internado en un manicomio en París. De regreso a Buenos Aires, quedó en la calle. Tuvo 36 domicilios provisorios durante una década de enrancia y abandonó el cine. En los últimos años, recaló como cuidador de una quinta del conurbano bonaerense. Allí vive, humildemente. Entre las plantas y el silencio, en la contemplación, volvió a pensar en el cine. Ahora, una vez más, armado con una cámara prestada y tres rollitos de película virgen, vuelve al ruedo.

Foto: Andrés Di Tella