miércoles, 10 de marzo de 2010

Nuevo proyecto de Jorge Leandro Colás

GRICEL por Jorge Leandro Colás

Desde la productora Cine Ojo me piden que escriba algunas líneas sobre “Gricel”. Ni story line, ni sinopsis corta ni larga, ni tratamiento, ni motivaciones personales. Muchas veces quienes queremos hacer películas debemos escribir nuestros proyectos bajo formatos preestablecidos.


Si hablamos de formatos, vale decir que “Gricel” es un documental, pero tiene algún que otro elemento de ficción, es también un musical, es también una ópera. Es una película difícil de encasillar, difícil de contar, por eso creo que es un gran desafío.


Luego de la experiencia de “Parador Retiro” y el contacto permanente con una realidad dura, con el dolor, tanto yo como mi equipo de trabajo, teníamos ganas de explorar un terreno marcadamente diferente.


De niño pasé cada uno de los veranos de mi infancia en la pequeña Ciudad de Capilla del Monte, en las sierras cordobesas. La historia del tango “Gricel” estaba en algún lugar de mi memoria. Pero hace un par de años, mi padre regresó de pasar unos días en aquella ciudad, habiendo redescubierto aquella historia. Vio un espectáculo, compró un pequeño librito sobre el tema y me escribió una carta manuscrita en donde me contaba (me regalaba) la historia.


Resulta que en los años treinta el compositor de tango José María Contursi conoce en Buenos Aires a una joven muchacha de nombre Gricel que estaba sólo de paso en la ciudad. Inmediatamente ambos se enamoran, pero son muchas las diferencias que los distancian. El era un compositor en ascenso, trabajaba en una radio en Buenos Aires, estaba casado y tenía una hija. Ella era diez años menor, tenía sólo quince años, vivía con sus padres en Capilla del Monte, trabajaba en la gasolinera de su familia y ganaba todos los concursos de belleza de la región.


Pese a todo, empiezan un apasionado romance, Contursi viaja una y otra vez a Córdoba para encontrarse con Gricel, hasta que un día toma la decisión de dejar a la muchacha, olvidarla y volver con su mujer a Buenos Aires. Al poco tiempo, descubre que ese olvido es imposible y a partir de allí, en cada uno de los tangos que escribe, habla del desengaño, la imposibilidad de amar y el dolor.


Pasan muchos años, y casi de viejos, Gricel y Contursi vuelven a encontrarse. Él estaba viudo, ella estaba sola y así se vuelven a enamorar y pasan sus últimos años juntos.


Esa historia, que en pocas líneas contaba mi padre, era la película que estaba buscando, una historia de amor, un tango con final feliz, que se podría narrar experimentando en otras formas.


En este sentido, un poco más tarde apareció la idea de contar la historia en forma de ópera: una obertura, tres actos y dos intermezzos, en donde un narrador lírico sería el eje central que incorporaría al relato todos los elementos puramente documentales (archivo, entrevistas, cartas de amor).


En Buenos Aires y en Córdoba todavía hay gente que conoció a la pareja, que conocen la historia, que brindarán su testimonio, lo mismo sus familiares directos que fueron muy generosos en nuestros primeros encuentros, ofreciéndonos sus fotos, sus cartas.


La producción ya está en marcha, la música en proceso, la investigación previa terminada. En poco tiempo comenzaremos el rodaje. Será el momento de trasladar aquella fantástica historia a una película que se llamará “Gricel (ópera documental)”.


No hay comentarios: