jueves, 12 de marzo de 2009

Regreso a Fortín Olmos, o la vuelta del gran documental argentino contemporáneo[1]


Se estrenó este último viernes en el Cine Malba, el documental de Patricio Coll y Jorge Goldenberg : Regreso a Fortín Olmos.

En 1966, Patricio Coll y Jorge Goldenberg, junto con Luis Zanger y Hugo Bonomo, filmaron el documental Hachero nomás en la cuña boscosa del norte de la provincia de Santa Fé. La película trataba acerca de la situación social de los hacheros de la región y el equipo de rodaje estableció su base en un pequeño poblado llamado Fortín Olmos. A través de testimonios y fragmentos de Hachero nomás, REGRESO A FORTÍN OLMOS reconstruye la experiencia de promoción social que, entre 1960 y 1975, fuera llevada a cabo por sacerdotes obreros y católicos laicos provenientes de las ciudades entre los explotados hacheros de los montes del noroeste argentino. Lejos de toda simplificación apologética, las reflexiones que el film propone suponen más allá del rescate de una actitud, la apreciación crítica del intento, sus posibles falencias, sus contradicciones y los conflictos éticos que, diariamente, debían enfrentar sus protagonistas… problemas que, en definitiva, siguen interrogando nuestro presente.


Premios y Festivales
- Mención Especial de la Competencia Latinoamericana. Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Argentina / Noviembre 2008
- Competencia Internacional. It’s All True – Festival Internacional de Cine Documental, Sao Pablo y Río de Janeiro, Brasil / Marzo 2008

“Situada antes de que la historia argentina se estrechara hasta dejar lugar solo para el ciego mesianismo guerrillero y la vocación homicida de la última dictadura, la película permite ver el pasado desde una perspectiva más abarcadora, que evoca experiencias que hoy nos resultan casi secretas e impensables. Se requiere de un gran trabajo y de una esmerada utilización de la inteligencia para ordenar ese mundo y exponerlo. Coll y Goldenberg se lo tomaron y cabe agradecer ese esfuerzo y su resultado”. Quintín, en La lectora Provisoria


“El film – conmovedor y desgarrador sin que los directores activen ninguna tecla para manipular al espectador – muestra lo (poco, casi nada) que ha quedado en Fortín Olmos de aquel experimento liderado a mediados de los años ’60 por curas franceses, agrónomos, médicos, educadores, economistas e intelectuales. (…) Es un film apasionante, que sirve no sólo como registro de un proyecto único sino que resulta también una mirada minuciosa, querible y cuestionadora a la vez, sobre las contradicciones, la riqueza ideológica y la utopía de una época irrepetible.” Diego Batlle, en Otros Cines


“La película no demuestra nada, ofrece la palabra a los que llevaron adelante la experiencia.” Si muchas de las afirmaciones hechas en entrevistas merecerían que se las lleve el viento, lo que Patricio Coll y Jorge Goldenberg, codirectores de Regreso a Fortín Olmos, declararon ante Página/12 el martes pasado tiene el valor de esas frases que, por el contrario, no están hechas para leer y olvidar. No porque sea bonita, sino por algo muy superior: por esencial y verdadera. Esencial, porque detrás de ella hay toda una ética clave del documentalista, al servicio de de-sentrañar lo real, antes que confirmar o demostrar. Verdadera, porque el que sus autores proclaman es claramente el espíritu que anima a Regreso a Fortín Olmos. La película representa, así, otro regreso: el del gran documental argentino contemporáneo, después de un año en el que se mantuvo casi ausente.
Regreso a Fortín Olmos es la secuela de un film anterior. En Hachero nomás (1966), Coll y Goldenberg habían registrado, junto a dos correalizadores, la explotación de trabajadores en el paupérrimo Chaco santafesino, a manos de ex contratistas de la empresa de capitales británicos La Forestal. Marcando continuidades, las imágenes en blanco y negro de aquella primera película son incorporadas a esta segunda, en más de una ocasión a través de algún monitor dispuesto en la propia escena. “Entonces me fui”, dice uno de los protagonistas durante su primer testimonio a cámara, que brinda en un departamento parisino. En el siguiente plano ya está subido a un auto, a punto de llegar a Fortín Olmos y dando inicio al relato. Relato que apunta a reconstruir, a través de una polifonía de voces, la experiencia social intentada, durante los años ’60 y parte de los ’70, en ese enclave que uno de los protagonistas denomina, con complicidad y no miserabilismo, “corazón de la pobreza”.
La experiencia fue impulsada por sectores desprendidos de la Iglesia Católica, de fuerte impronta social y marcados por el Concilio Vaticano II, que decidieron motorizar la formación de una cooperativa, integrada por hacheros y patrones. Estos eran aquellos mismos ex contratistas, dueños de las tierras donde hasta algunos años atrás se asentaba La Forestal, empresa que cuando terminó de agotar el tanino de la zona cerró sus puertas y se marchó. “Alguno nos acusará de ingenuos”, dice un ingeniero agrónomo, confesando que fue allí, in situ, donde “se fueron avivando” de lo que significa la división de clases. “Teníamos una idea de conciliación entre obreros y patrones, pero nos dimos cuenta de que no era posible, y tuvimos que tomar partido”, amplía Arturo Paoli, alto dignatario vaticano, a cargo del proyecto. “Si algo no se bancaban los patrones era que los hacheros, que no tenían nada, pasaran a ser, de la noche a la mañana, dueños de sus tierras”, profundiza otro testimonio.“
Esa gente ejercía su actividad marxista y desgastaba la educación nacional”, afirma a su turno, con voz quebrada y labios temblorosos, Amadea Velazco de Bártolo, ex educadora del lugar y miembro del Partido Justicialista, que en el momento del rodaje tiene más de noventa años y presta declaración desde la cama, cubierta de frazadas hasta el cuello. Se refiere a los integrantes de la cooperativa, y es como si la historia argentina hubiera irrumpido de golpe en la película. “Ella fue nuestra peor enemiga”, ratifica un integrante del grupo de ingenieros agrónomos, médicos, economistas y educadores que vivieron en la comunidad más de un lustro largo. “Para la época de Onganía, después del Cordobazo y la muerte de Aramburu, cualquier actividad de este tipo era considerada subversiva”, avanza otro. Para 1975, con la Triple A ya en acción (y la señora de Bártolo con treinta años menos que hoy) todo llegaba a su fin.
A lo largo de 105 minutos y siguiendo una impecable lógica narrativa (Jorge Goldenberg es el más avezado consultor de guiones del cine argentino), Regreso a Fortín Olmos sube al espectador a un viaje de descubrimiento, en el que la entera experiencia evocada parecería desplegarse ante él en presente, narrada por un grupo de gente que confirma que no hay gran documental sin grandes actores. Pasionales aún hoy, entregados a la charla de cuerpo entero, desparramando la más noble elocuencia y desprovistos de toda pose o gesto demagógico, los protagonistas de esta quimera de los ’60 no reclaman del espectador adhesión ideológica ninguna. Apenas la dosis de empatía –incomparable con la que casi medio siglo atrás los llevó a compartir la suerte de los más desposeídos– que permita donarles un par de horas. El tiempo necesario para que la experiencia se convierta en una de esas que dejan marcado. Que dejan pensando."
Horacio Bernades, en Página/12
Fecha de publicación: 05/03/2009

Se está exibiendo durante marzo en :
Cine Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415, los viernes a las 20hs, y los sábados a las 20:15hs
Complejo Tita Merello, Suipacha 442, todos los días, a las 15:30/17:30/19:30/21:30hs




[1] Horacio Bernades, Página/12, 05/03/2009

5 comentarios:

Unknown dijo...

Es buenísima para analizar la realidad de las décadas 1960/1970. Quiero comprarla para pasarla a mis alumnos del profesorado de historia y me gustaría que los directores pudieran participar del debate.
Teresa Eggers-Brass

Lupu dijo...

Teresa, no se si pudiste pasarla a tus alumnos ni tampoco se si pudiste contactar a los directores. Pero te sugiero, más interesante sería conseguir la participación de alguno de los protagonistas. Soy el hijo de Camilo Quarin, uno de los que aparece en la película. Si necesitás información, pedímela.

Anónimo dijo...

Como puedo ver el documental?No vivo en el pais pero estoy intimamente compenetrada con la tematica ya que cuando era estudiante del secundario integraba uno de los grupos (area social) que junto a Arturo Paoli accionabamos en la Capilla de Fortin Olmos.Mas tarde como docente trabaje alli por casi 20 anos.Quizas me puedan ayudar a ver el documental por internet.Aplaudo y admiro la obra de los directores. Mi e-mail:suhorne52@hotmail.com.

Anónimo dijo...

Vivo en Misiones, soy oriundo de Fortín Olmos y no puedo ver la película. En todo Misiones hay 2 o 3 cines. si alguien me puede ayudar a consguir la película le dejo mi dirección: pighin@prico.com.ar

Pasé por Fortín Olmos en julio y la gente de allí no está enterada de que fueron filmados y menos que hay una película.

Beto Pighin

Anónimo dijo...

Hola a todos, quiero agregar que también soy oriundo de fortín olmos, la película y o documental está bárbara, aunque no pude ver "hachero nomas", hasta hoy en día la gente está sometida al patrón el miedo al mismo. Anteriormente a este hecho tán debastador como lo fue "la forestal" hubo otros sucesos históricos que quiero agregar,la terrible matanza a los indios y el quite de las tierras, hoy en día se encuentran restos fósiles de los aborígenes en el arroyo "golondrina" y algunos están expuestos en el museo de fortín olmos.